La Ruta

martes, 12 de junio de 2018

Bolivia


Paladear, probar, degustar, saborear.... y relamerse!


Paseando por las alturas de la puna, la necesidad básica de alimentarnos nos iguala como en todos lados y el frío nos incita a caer en la tentación de esos guisados calentitos  apostados por doquier,en este territorio de comida callejera, si, por estos lados comer afuera es para todos… ya sea en el mercado o en el cordón de la vereda o compartiendo la mesa con desconocidos, sin prejuicios y sin horarios.
Podemos sentarnos por una suma de dinero  muy accesible enfrente de la cocinera/moza/bachera a degustar platos de muy larga, minuciosa y compleja elaboración y sin controles de bromatología, con pura materia prima de la zona y en la mayoría de los casos, de la huerta sin intermediarios.
Te deja perplejo ver a las cholas pelando habas o granos de maíz uno por uno, para la elaboración de sus platillos, sentadas en alguna vereda mientras esperan o interactúan con alguien, sus dedos están siempre en movimiento con una automaticidad ganada a fuerza de repetición.
Aquí la calle se muestra como un gran comedor comunitario en una sorprendente variedad de menú que asombra en boca con picores localizados e intensos, utilizando una gran multiplicidad de productos en cada plato que se distinguen en el paladar, individualizándolos. La velocidad del expendio logra mantener caliente la producción aun a pesar de la ausencia de fuentes de calor, y así… en esta sociedad donde el alimento es continuo y sin horarios ni orden, la fuerza de la mujer  es el motor (y también cada uno de los engranajes) que moviliza esta gran maquinaria.
La gastronomía que se vive en Bolivia ha sido tema de sorpresa, debate, aprendizajes en muchas de las áreas sociales y siempre un placer!.

Algunas ingestas a destacar, regalos para  nuestros sentidos…

  • Por las noches una taza de infusión de toronjil
  • Nuestro aderezo preferido, el tarwi, que se hace con un poroto blanco y plano del mismo nombre licuado con cilantro ajo y limón, hasta con pan es una delicia
  • Chuño y tunta, una forma de conservación de los papines que se los somete a deshidratación y luego se los congela en el lago, para luego hidratarlos 1 día antes de la cocción… muy novedosa la textura!

  • Chairo, una exquisita sopa de chuño, papa, trigo, mote y verduras
  • Relleno de postre, es como  una bomba de papas que adentro lleva plátano pisado, (al plátano lo llaman postre)
  • El guisado mas picante que degustamos, ají fideo…. Para quitar fríos… y el que mas nos gusto, guiso de trigo
  • El llamativo Pique macho, que casualmente no es tan picante…
  • Sajta (guisado de mote y carne picante)
  • También sorprendió el queso humacha, un salteado de queso, cebollas y habas con una hierba llamada guacataya que lo condimenta
  • Y el aderezo picante que no falta en ninguna mesa, la llajua, que hacen licuando tomate, locoto y quirquiña y de a poco se ha ido ganando un lugar también en nuestra elección




1 comentario:

Unknown dijo...

Un abrazo Amigo Ernesto y compañeras de viaje.
BESOS