La Ruta

miércoles, 1 de agosto de 2018

Cusco (continuación)


Como cualquier martes, será martes hoy? el cielo aparece gris por las mañanas en esta tierra de papa y maíz, en  esta zona del  vecino país de historia poderosa, de memoria antigua, en este Perú milenario… y como cada mañana enfrentamos la nueva aventura de todo un día por delante, el reto de una cantidad de minutos sin agendas para dibujar anécdotas, así, despertando en un sitio diferente cada día  y alistando los sentidos a los novedosos paisajes que esperan para enriquecer el tesoro interno en otra jornada única… esos paisajes geográficos, climáticos, anímicos, humanos… todo lo que transitamos en este tiempo  de vida en movimiento, andando, andando, volviendo a nuestras raíces, asomándonos  a los antepasados de los antepasados, nuestros primeros, imitando por un rato (en esta versión moderna) su nomadismo, pues la humanidad ha estado en movimiento desde siempre, buscando alimentos, clima, huyendo de catástrofes o guerras, sin pasaporte ni visados, sin fronteras mas que las físicas.
Ahora caminamos sobre las piedras que los incas usaron hace tanto en esos caminos como redes que construyeron para mantener conectado de manera eficiente el imperio que abarco una tercera parte de América del sur, escuchamos en  Kusilluchayoq ese silencio  que casi se puede palpar, que te llena de calma, hasta sentir las piernas ponerse en movimiento y caminar absortos hacia el Templo de la Luna,  entre sembradíos de trigo y pastores que cuidan su rebaño desde siempre, como antaño, allí la gran piedra aguarda inmóvil con sus formas y tallados de historias de ayer para su tiempo inmenso, solo en determinadas jornadas este recinto se ilumina en su interior con un rayo que penetra a través de una grieta, es entonces que los Ukukus acuden y la ceremonia es toda en honor a ella, “la reina blanca cara de queso”









Kenko fue otra visita a ese pasado latente y místico, en ese gran temascal en el vientre de la piedra viva, fuimos jugando a imaginarnos los días de aquellos tiempos, los sacrificios, el gran respeto a la madre tierra y la observación de los ciclos… los altares fríos y tan bien pulidos para momificaciones, las escaleras perfectas como bocados tallados en una sola gran roca, las líneas simples que se imponen majestuosas, los pasillos a recintos llenos de incógnitas





Visitamos Sacsayhuaman varias veces, y cada una de ellas la majestuosidad de esa fortaleza, los ángulos rectos, rectísimos y ese insistente puzzle perfecto de piedras mas que grandes, nos lleno de preguntas… esas piedras (todas y cada una)  que triplican el alto de una persona no son propias del lugar, las trajeron desde otros cerros al otro lado del río, para construir semejante murallón en forma de rayo







Koricancha es otro punto controversial para nuestras sensaciones, el templo del sol, el palacio de Pachacutec en todo su esplendor, ese sitio exacto donde cada solsticio el inca recibe el sol en una fiesta de buenos deseos para todo un año de prosperidad, esta cercado por las barrocas paredes de una gran iglesia, entonces en esta fiesta tan importante del Inti raymi, después de recibir el sol en su casa, el Inca sale en la algarabía de la procesión hacia Sacsayhuaman, a través de la iglesia de un culto ajeno…
Otro cualquier día, le dimos la espalda al frío Cusco en un vertiginoso zigzagueo de descenso hacia el calor, y entonces la gran selva nos recibe llena de pájaros, y frutos disponibles (para personas que midan mas de 3 metros ja) y al unísono el calor aumenta a la par de mi alegría, íbamos camino a Machu Pichu… en el auto-desafío de un viaje a pie de varios días, con el equipaje aun mas reducido y las expectativas sin domesticar…  salimos de una yunga fría y húmeda, para llegar luego de  un ascenso ininterrumpido que paso a puras curvas por varios estratos hasta  la nieve de las  cimas altísimas, a ese paisaje que aun  en colores solo tiene blancos y negros, con cielos cargados de frío… luego sin mas, en solo unos km de descenso posterior,  toda la paleta fue volviendo y terminamos en la selva exuberante y calurosa.. todo ello en tan solo varias horas de camino y zas!! Termas, el día se cierra en agua caliente.. remojando nuestra humanidad hasta altas horas en esos huecos cavados en la piedra viva de Colcamayo








Salimos a Santa Teresa montados en los estribos laterales de la 4x4 de los chicos con quienes compartimos este día de termas, y comenzamos la caminata a pura aventura por una sendita que se nos perdió varias veces entre matas y charcos, cruzamos el río con una “oroya” que es una clase de canopy en canastita muy “de moda” en estos pagos, llegamos a hidro-eléctrica bajo el sol tajante, casi sin fuerzas y aun restaban 3 hs de caminata para Aguas Calientes que eran casi obligatorias de cumplir, pues el ticket para Machu Pichu tenia vigencia para el día siguiente… emprendimos la marcha por las vías del ferrocarril como corresponde y en alguna distracción inminente de avistaje de que se yo, detuve el tren, pues estaba parada en su camino obligado …. Y llegamos, exhaustos y deseosos de mas






Machu pichu, que contar de esta maravilla del mundo que ya no se haya dicho…  subimos a la ciudadela en tiempo récord devorando peldaños entre lucecitas de linternas, vimos el amanecer arriba y la misteriosa aparición de toda la ciudad fue casi teatral, se fue destapando ante nuestros ojos detrás de una niebla bien espesa que hizo las veces de velo… es casi imposible creer que todo eso esta construido allí y se mantuvo escondido hasta que el sol estuviera lo suficientemente alto para pintar brillos en la piedra, si, pensamos ver una ciudad en la montaña y descubrimos que la ciudad y la montaña eran una sola cosa, y ademas, aun en esa altura escarpada los Apus casi verticales y mucho mas altos que la alta ciudadela, protegiendo erguidos por todo el derredor
Y el vértigo se complementa con el asombro, ante toda esa obra, la exactitud de su brújula, el drenaje de las terrazas, los cultivos según pisos térmicos, los espejos, otra vez las piedras con cortes milimétricos que encastran perfecto en la multiplicidad de ángulos  según la importancia del recinto lo requiera… ufff mucho, mucho…  y mucha gente de todas las lenguas pululando por todos lados, un Babel contemporáneo para sazonar el cóctel de sensaciones intensas


















Amanecimos el próximo día cual scouts, listos para una caminata hacia el km 82. que nos entrentendria dos o mas días, fuimos transitando una selva envolvente todo el tramo, mariposas a montones, flores de mil diseños, pájaros fabulosos y fosforescentes, grandes, azules, de cola larga, de cuello rojo, muuuuucho, pasamos por túneles cavados en la piedra, por montañas ahuecadas como cuencos conteniendo caminos frescos o centrales termoelectricas o… finalmente acampamos cerca del río, en la base de una oroya que cruza hacia el frente sobrevolando esa furia del liquido que amenaza siempre arrastrar  todito… estábamos en el valle sagrado, muchas ruinas incas aparecían todo el tiempo a los costados del camino, muy bien conservadas y sin bullicio ni personas que compartan esas visiones.
En este momento estoy sentada cerca del fuego, casi sin luna, las paredes de los cerros circundantes se vuelven tenebrosas, gigantes, amenazadoras y hasta parece que se inclinaran hacia delante para observarnos, nos rodean, nos cobijan… el pedacito de cielo que oficia de capota esta escondiéndose tras gordos pompones oscuros que acuden a completar el escenario de suspenso ..  y el río musicaliza fuerte, constante en este cuenco de piedras y vegetación, todo aquí es exagerado, exuberante, magnifico y muy vivo… lo vertical del paisaje aprieta, contiene y a la vez esconde celosamente lo que sigue tras cada curva.








La arquitectura inca tenia una adaptación plena a la topografía y los accidentes geográficos de cada zona, sus construcciones se armaban a partir de “canchas” y los mas preservados ejemplos de esas construcciones los encontramos en Ollantaytambo, donde la ciudad aun permanece habitada y nunca dejo de estarlo, allí los cuadrados simétricos  albergan un patio central donde se ubican varias viviendas alrededor y  a la vez van dibujando la cuadricula de la ciudad con sus delgadas callecitas empedradas por la que corren los acueductos al aire libre que proveen aun hoy del vital elemento a cada vivienda.
Otra vez en los primeros pasos por las callejuelas ya tuvimos la certeza de que seria un lugar del que no querríamos partir… y así fue!




Hasta que la gran fecha se aproximo y Cusco aguardaba con la fiesta del inti raymi tan esperada… allí fuimos, para coronar esta gran lección de historia-


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