Colombia, "el unico riesgo es que no quieras irte"

Entramos a Colombia sin rumbo ni prisas y nos atrapo aquella primera noche durmiendo en la frontera, en una demostración que no hay lugares imposibles para descansar... esa zona multitudinaria como un limbo, ese "espacio de nadas" donde te puedes disolver, otro agujero negro, otro ningún lugar tan populoso, otra linea divisoria imaginaria que no separa realidades.

Las cuestas siguientes nos dejaron en Ipiales y nos recibieron con una animada fiesta patronal en la plaza principal, donde el broche lo puso Rosa entre tantos otros vendedores ambulantes que nos enseño a asar cuyes, mientras se contoneaba al ritmo de la salsa.

En la siesta la adrenalina llego de la mano de una mujer policía  que parándose  intimidante detrás del Doc  se expreso en forma imperativa diciendo,  "señor, apague eso que es ilegal!!" obviamente haciendo alusión al mate que abiertamente chupaba, quedamos los 3 riendo.

 Así dejando que todo transcurra, partimos hacia Las Lajas, donde  nos sorprendió este monumental monumento ( y que viva la redundancia!! ) saliendo de la galera... la belleza del paisaje sumado a lo asombroso de la arquitectura imposible y con toda la carga emotiva de una noche en un albergue con 120 emigrados venezolanos fue la sazón de un recuerdo que se grabo muy hondo... agradecida y modificada... pues en mis cielos interiores tengo constelaciones enteras de afectos y aventuras empapados en músicas absurdas de sirenas, de infancias perennes que dan fortaleza para esos ratos "de los otros" 

Vamos por esta latinoamerica maravillosa avivando la admiración por la historia en cada anécdota y un día nos llego el momento, después de tantos meses/vidas de rodar junto a Santiago, de separarnos, para retomar su camino en solitario.. fue en la entrada a Iles y luego de varias fronteras juntos y todos los rituales compartidos a pura ejercitacion ludica familiar… otro nuevo viaje comenzaba…

Conocimos a Susana, después de algunos garabatos en el itinerario y ella dejo a Pilcuan en una estrella del firmamento de los paisajes del afecto, es hasta hoy,  el "buenos días" de cada día (y la dueña de la tapa de nuestra olla jajaja)

Esos primeros km de Colombia fueron a pura garra, las montañas son permanentes y empinadas ... sobre todo cuando fuimos acercándonos a Pasto, el gran nudo donde la cordillera de los Andes se divide en 3 cordones y tapiza todo el pais a puro relieve, es en estas rutas donde el uni nos trae nuevas emociones de la mano  de Willy invitandonos  con un cielo de siluetas insinuantes a abandonar el camino a Pasto con un nuevo destino, Sandona.

Que sorpresa nos esperaba, encontramos una familia que nos cobijo y abrigo en afectos descubriendo este concepto de “Los mundos posibles”, en apenas unas horas ya eramos parte de ese clan amoroso que nos mostro su “casa grande”  y sus tradiciones, ademas de la melcocha y el quimbolito, y los agasajos en casa de doña Necta, y la chaza, ese deporte tan tradicional en Nariño que es como el tenis pero sin raqueta y puebla los baldios de gente de todas las edades con la misma pasion… y asi con nuestras alforjas interiores cargadas de nuevas emociones partimos de este Nariño, tapiz de retazos 

 (la mejor descripción del paisaje) en caravana con Willy que cual padre protector nos acompaño unos días, o en realidad, nos guió pues pocas veces lográbamos alcanzar su velocidad de pedaleo y nos dejo sonando su canción que aun hoy tarareamos en las rutas de otras comarcas.

En este transitar hacia el norte la tierra roja como parches entre los retazos de mil verdes, nos pintaron los cerros que pasaban lentos a ambos lados de nuestro transcurrir.