Estación agua
Cada día el cielo se cubre y descubre en rítmicas danzas de
nubarrones en toda la gama de grises, en este ritual innovador para mis
sentidos, copos dens
os como telones que desdibujan y ocultan los cerros
circundantes …
En tan solo un pestañeo, el horizonte se reduce casi al
espacio intimo y comienzan lentas las gotas frescas con sabor a festejo, apenas
esa llovizna que despierta fragancias y pinta brillos en los verdes… ese rocío
que nos despabila del letargo caluroso y así
permanecemos en esta lluvia amistosa, en la seductora incertidumbre de
esperar el momento que el cielo se desmorona en cortinas copiosas, hasta hacer
de cada sitio un Macondo.
El agua cae redonda y pura musicalizando los árboles de las
avenidas, en la exuberancia de esta Colombia exuberante, transforma cada surco
en canales caudalosos, en ríos que desaguan desde el cielo. El aguacero invade
todos los sentidos en un protagonismo absoluto que ostenta interminable, así,
incontenible y furioso golpea los gajos hasta dejarlos mas desnudos.
Mas tarde, en lapsos antojadizos, el sol coloniza el
firmamento nuevamente y todo el cielo luce caído en el agua…